jueves, 22 de enero de 2009

EN EL CINCUENTENARIO DE LA REVOLUCION CUBANA

UNA CAUSA QUE CONVOCA AL MUNDO

Por: GUSTAVO ESPINOZA M. (*)

Han pasado 50 años de la caída de Batista, del triunfo de la acción guerrillera de la Sierra Maestra liderada por Fidel, del ingreso de los vencedores a La Habana y de las primeras medidas adoptadas por el proceso de cambio que se iniciara en Cuba el 1 de enero de 1959.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde entonces. Sobre todo en América.
Hicieron agua en estas décadas los regímenes más negros, desde las viejas dictaduras de antaño que encarnaron en su tiempo los Rojas Pinilla, los Pérez Jiménez o los Somoza; hasta las nuevas administraciones asesinas de Pinochet o Videla. Y han surgido en cambio en nuestro continente vigorosos procesos sociales que abren la puerta al nuevo siglo en condiciones distintas para las nuevas generaciones.
Esos cambios reconocen por cierto el papel que jugara Cuba, y su Revolución en este proceso de transformación continental.
Lo ocurrido en Cuba no sólo cambió la isla. También vario la correlación de fuerzas en América y ahora Cuba no está sola. Incluso, bien podría decirse que quien está ahora solo, es el gobierno de los Estados Unidos. Nadie votó con él en Naciones Unidas cuando quiso castigar a Cuba.
Y nadie de los 33 países reunidos recientemente en Brasil apoyo a Bush en su intento de traer nuevas guerras a la región y al mundo. Y nadie lo secundará ahora, cuando respalda ladinamente a Israel en su agresión genocida contra el pueblo de Gaza.
Los cincuenta años de lucha pasados, han confirmado la victoria política de Cuba y su Revolución; y la espectacular derrota del Imperio, que hoy se abate en una crisis profunda, la segunda más grave crisis de los últimos cien años.
También en este periodo ha cambiado la conciencia de los pueblos. Cada vez sectores más amplios de la población se suman a la lucha por atender y resolver los problemas más graves que agobian a nuestros pueblos.
Las crisis, la dependencia, el subdesarrollo, asoman ya en la arena del debate de los trabajadores; pero también los campesinos, las mujeres, los jóvenes asoman a la confrontación social en procura de un porvenir mejor para sus pueblos
La Revolución Cubana se expresa hoy en cifras definidas en torno a acuciantes retos. Pero, sobre todo, se expresa en dignidad, en coraje, en valentía, y en ejemplo de lucha para pueblos y naciones.
Seguir el ejemplo de Cuba, entonces, no es repetir un cartabón, sino crear un proceso propio.
El, más allá de las comparaciones formales, deberá heredar el legado de esta transformación histórica que alumbra América; pero también abrirse paso en las condiciones de hoy, cuando es cada vez más claro el escenario de un victorioso renacer de quienes enarbolan las banderas de lucha por las que entregaron sus vidas los mejores hijos de nuestros pueblos.


(*) Presidente del Comité Peruano de Solidaridad con los 5.